13 nov 2009

De las ciencias naturales a las ciencias humanas III

¿Por qué tanto recelo de acá para allá? ¿Qué impide esta aceptación de lo que otras ciencias podrían aportarnos?

Creo que hacen falta lo que me gustar llamar “puentes epistemológicos”. Sin demeritar el trabajo tanto de humanista como de científicos, me parece que hacen falta científicos que si dejar de lado su trabajo se adentren en el terreno de las humanidades; especialmente científicos que se preparen como docentes no empíricos, capaces de tomar de la mano a otros colegas y ayudarles a cruzar de forma exitosa. La frontera hacia el campo de las humanidades y claro la de la educación.

Igualmente hacen falta artistas, filósofos y humanistas, que sin dejar de lado su preparación y responsabilidad con su arte, tomen el riesgo de adentrase en el campo científico y lleven de la mano a otros humanistas, para adentrase en el conocimiento científico y todo lo que implica. Por experiencia sé que no hay nadie mejor que un científico con experiencia que ayude a otro científico a entender qué son las humanidades, cuál su objeto de estudio y en qué radica su importancia. De la misma forma no hay nadie mejor que un humanista con experiencia para que ayude a otro humanista a ver el conocimiento a través de la lente de la ciencia. El resultado puede ser realmente bueno, pues los conceptos y los ejemplos usados para entender una determinada idea, son más claros cuando un científico usa ejemplos científicos para tratar de explicar planteamientos humanistas y viceversa.

Otro factor que puede verse superado es la comprensión del marco referencial sobre el cual se sustenta el pensamiento científico o el pensamiento humanista, ya que la construcción del conocimiento es totalmente diferente en cada caso. La diferencia radica no solamente en el concepto mismo, sino en la manera racional y cognitiva que antecede y sustenta cada uno de las ideas, tanto en la ciencia como en el humanismo. Un ejemplo: en ciencia cuando se habla de energía, densidad, o reacción química, la definición es perfectamente clara y se entiende igual en México, en EEUU o en China. No importa el país, ni el idioma. Se trata de conceptos. En cambio en el arte cuando se habla de belleza (un constructo), la definición puede ser incluso opuesta en México, EEUU o China. En ese sentido, la mayoría de los científicos piensan que las ideas son claras, definidas, sin lugar a dudas y su pensamiento se construye precisamente con ideas que son claras, definidas y sin lugar a dudas. Así cuando un científico lee algún teórico de la sociología, de la filosofía y el humanismo, piensa que todas las ideas plasmadas en un texto, son las misma independientemente del autor que las escriba o las diga.
Esta experiencia ha sido muy clara cuando he tenido la oportunidad de trabajar con profesores de ciencias duras, algunos piensan que su sentido común es suficiente para disentir y disertar sobre cualquier tema en educación, sociología y filosofía. Algo similar podría suceder con los humanistas que llegado el momento, podrían llegar a pensar que un conferencista o el escritor científico es demasiado “liberal” en sus palabras y que resulta utópico o con poco sustento su pensamiento o discurso. Ambos científico y humanista, pueden llegar a tener serias diferencias tanto ontológicas como epistemológicas.

15 oct 2009

De las ciencias naturales a las ciencias humanas II

¿Qué podría estar impidiendo un vínculo más generalizado entre ciencia y humanismo?

En lo personal me considero privilegiado. Debido a mi propia búsqueda me ha resultado relativamente fácil conciliar ambos espacios que no pueden necesariamente mezclarse, pero si caminar juntos: la ciencia y el humanismo. De hecho no creo en la existencia de un concepto científico (el qué) divorciado de uno humanístico (para qué). La historia nos ha mostrado que cuando ambos líneas de pensamiento se separan, las consecuencias son desastrosas. Sin embargo creo que esa búsqueda no siempre es sencilla, pues el fanatismo de uno y otro lado, no permiten convivencia alguna; si a eso le sumamos que las humanidades son vistas como carentes de sentido y áreas “no redituables”, simplemente porque NO se conocen o porque se piensa que sus alcances son limitados, es de entenderse la poca importancia que tiene y el escaso valor en la sociedad mexicana. ¿Qué se pasaría si en este país hubiese por ejemplo, una universidad donde se estudiase para ser payaso? Una locura seguramente.

Mientras el paradigma reinante en el país siga siendo que las ingenierías y las ciencias exactas, son importantes porque producen dinero y las humanidades son para jóvenes carentes de inteligencia y que “no la hacen” en área “serias”, no avanzaremos mucho. Por esa misma razón los profesores de las ciencias duras, no ven con buenos ojos, ni consideran importante invertir tiempo en su propia formación humanística, pues saben que el sistema no recompensa ni le da la importancia que merece. La sociedad también hace lo suyo, pues tampoco valora el trabajo artístico y lo ve como un ”entretenimiento” que a nada conduce.
Así es de entenderse cuando un profesor universitario, apoyado de facto por sus directivos, no considera importante el trabajo humanístico; incluso otros profesores que suponen que esas áreas son responsabilidad de “alguien” más, pero no de ellos mismos.

Aunado a esto, en ocasiones existe en los representates de las ciencias duras, una falta de conocimiento acerca de lo que son las humanidades, especialmente en la áreas técnicas. Abiertamente se piensa que humanidades son áreas como la contabilidad, la administración, las finanzas, los cursos de calidad, etc. Por lo tanto se entiende la serie de contradicciones que existen en la aplicación de los planes y programas de estudio.

30 ago 2009

De las ciencias naturales a las ciencias humanas I

Hace algunos días una gran amiga y colega me hizo una serie de preguntas acerca de la manera como me había iniciado como estudiante de las humanidades, pues le pareció a raíz de su propia búsqueda, que valía la pena saber cómo alguien formado en las ciencias naturales (parte de las ciencias duras), se había interesado en las ciencias sociales y en las humanidades. Parte de este documento nace como respuesta a dicha inquietud. No obstante no significa necesariamente, que sea el único camino posible. Creo que puede haber tantos como personas existen en el mundo. La primera pregunta fue:


¿Qué has percibido en tu proceso?

Para iniciar habré de aclarar que no ha sido un proceso fácil; ha sido parafraseando a los Beatles, “un largo y sinuoso camino”. La mayoría de quienes nos dedicamos a la docencia, somos profesionistas que hemos recibido una capacitación para el desempeño de un área científica o tecnológica.

Un factor importante fue fundamentalmente una búsqueda personal; pensé en adentrarme en el estudio de la pedagogía y en el camino me di cuenta que ésta llevaba aparejada una introspección mucho más profunda hacia aspectos más sutiles de mi persona.

Esa búsqueda personal que hoy puedo racionalizar y poner en perspectiva, obedeció también a mi propia naturaleza. El hecho de tener como objeto de conocimiento a la vida misma, implica el reconocimiento de las limitaciones en los seres vivos, su complejidad, la dificultad para entender sus mecanismos, pero al mismo tiempo sentir su majestuosidad, lo maravilloso de sus caminos y la belleza que existe en los seres vivos; especialmente la fascinación por el pensamiento creativo y la naturaleza humana.

¿Quién puede negar la admirable belleza y simetría que existe en un átomo de Carbono, base de toda la vida que rige el universo conocido, y cuya simetría tetraédrica nos recuerda un poco las pirámides de teotihuacan y de Egipto? Todo en universo obedece a un orden preestablecido, incluso en la aparente paradoja que representa la teoría del caos…

Se vuelve necesario supongo la decodificación del pensamiento y más tarde diseñar el nuevo andamiaje sobre el cual construir un nuevo enfoque de análisis y meditación cognitiva. El pensamiento abstracto, la sensación de incertidumbre y la complejidad de la mente humana, muestran que procesos como la enseñanza y el aprendizaje, son algo más que fenómenos mecánicos. Que los seres humanos no son máquinas o simples receptáculos de la una reacción estímulo-respuesta. Que los seres humanos son entes con una capacidad que puede superar todos los límites imaginados.

El conocimiento del fenómeno educativo conlleva según creo, una incursión al pensamiento filosófico y a la sociología. El primero nos enseña que si hay algo estrictamente práctico es la filosofía, y que si hay algo eminentemente abstracto, es la ciencia. La filosofía nos proporciona las herramientas para decodificar el pensamiento y darle certeza (con todo lo relativo que es). La ciencia por su parte intenta explicarnos el funcionamiento de las cosas, pero no nos dice para qué o hacia dónde nos podría llevarnos eso; sin contar claro que se trata de precisiones subjetivas (porque provienen del sujeto) y limitadas a ciertas condiciones de espacio y tiempo. El llamado método científico parece una broma con la que la naturaleza quiere tomarnos el pelo.

Por otro lado la sociología nos muestra que si hay algo verdaderamente complejo es el comportamiento de los seres humanos. La materia de estudio es realmente complicada; en poco o nada se parece a las áreas de las ciencias duras, como la termodinámica, la física clásica o la Bioquímica, que si bien es cierto responden y explican fenómenos muy puntuales, aun así se encuentran dentro de campos de estudios limitados y predecibles. El fenómeno social no.

29 jul 2009

Buenos contra malos


Durante muchos años a los mexicanos nos han acostumbrado a ver a la historia de forma muy parcializada. Los personajes pertenecen a dos bandos únicamente: o son héroes, o son villanos; o les debemos la vida o son los causantes de las más grandes traiciones del país. Esa versión simplista de la vida de México es no sólo falsa, sino además dañina. La razón pudiese estar relacionada con la manera limitada como acostumbramos a nuestra mente a entender el devenir histórico, político social del país.

Cuando éramos pequeños las cosas solían ser realmente simples; la vida se dividía en sólo dos aspectos: bueno y malo. Así nos decían nuestros padres y maestros, las mariposas eran buenas y las arañas eran malas; los pajarillos eran buenos y buitres eran malos; las palomas eran buenas y las serpientes eran malas. Esa dicotomía formada toda la razón de ser del universo y respondía perfectamente a nuestras expectativas. El mundo era fácil de explicar. En principio y a la edad en la que cursábamos el kínder y la primaria, esta manera de explicar la naturaleza era válida, pero a medida que crecemos resulta insuficiente y perjudicial. Igual sucedía con los conocimientos que adquiríamos en la secundaria y quizá en la preparatoria: las respuestas a los enigmas del universo, o la explicación acerca del comportamiento de los animales o la manera como funcionaba una célula, tenían respuestas precisas, sin lugar para la discusión y totalmente asertivas. El grado de confort era más que evidente.

Esa forma de concebir el mundo pudiera no ser tan importante; pero esa costumbre de fuimos adquiriendo cuando pequeños o durante los primeros años de la escuela, es muy poco recomendable y dista mucho de ser la apropiada para formar personas maduras. Es tal el arraigo que tenemos en nuestra forma de entender la realidad, que poco a poco vamos integrando a nuestra persona conceptos, ideas, teorías, que distorsionan peligrosamente la conciencia de los mexicanos.

En la edad adulta una parte importante de la población continúa pensando prácticamente igual como en sus primeros años. Concibe a la sociedad y en especial a la vida política del país en el mismo sentido. Así por ejemplo los partidos políticos o algún miembro o representante de ellos, sólo tiene dos posibilidades: o es héroe y defensor de las grandes causas, o es un traidor a quien hay que rechazar por estar contra la población. No crecemos intelectualmente y seguimos esperando que alguien venga a salvarnos, pues no existe la posibilidad de que salgamos adelante por nosotros mismos.

Los líderes de opinión o funcionarios de primer o último nivel, son tamizados por el mismo filtro: se trata de que sean superhombres o supermujeres libres de toda maldad y prácticamente sin ningún defecto, o son traidores y representantes de los intereses más mezquinos. Así nos han enseñando: no hay medias tintas, las personas son o no son; están a favor o están en contra. No hay puntos intermedios.

Como consecuencia las decepciones no se dejan esperar. Los hombres y las mujeres que tienen una cierta obligación pública, se ven amenazados por esta forma tan simplista y reduccionista de ver la realidad. No significa que no deba exigirse a un funcionario público los deberes y obligaciones a las que se comprometió, sino que es tal el escenario creado que resulta en ocasiones muy difícil, complacer a todos y a todas. Ese es el problema. Nuestros índices de aprobación no toleran la más mínima desviación, o somos por el contrario, demasiado holgados en las exigencias.

Nadie nos ha dicho y en ocasiones no estamos dispuestos a asumirlo, que nadie más que nosotros debemos ponderar el trabajo de un funcionario, pero aquilatando todos los factores que rodean una un ejercicio; llámese funcionario, profesor, presidente o líder. Los seres humanos somos más complejos y la sociedad más todavía, pues está hecho de personas que sienten, se estimulan, cambian y se arrepienten y claro, es posible que se equivoquen, debido a esta manera de concebir la realidad, que no siempre estamos dispuestos a admitirlo.

La vida nos ha demostrado desde hace años que no existe una forma simple y clara para conformar una sociedad, en especial una que se ha vuelto tan complejo como las de estos días.

1 jul 2009

¿Somos humanos?

Históricamente el desarrollo científico ha estado ligado al desarrollo de la sociedad. En alguna parte de la historia oscura de la humanidad la ciencia era mal vista y como representante de las fuerzas de mal. Durante más de trescientos años no había más verdad que una sola. A partir del renacimiento, las ideas de los grades pensadores del planeta cobraron importancia y sus ideas comenzaron a fluir por las venas de la sociedad. Había nuevas aportaciones y los contrastes con los saberes de aquella época, aportaron dividendos.

Una de las primeras formas de pensamiento del aquel entonces, fue el derecho a la duda; el derecho a cuestionar todo aquello que estuviese fuera de la razón. Entramos entonces en una era de la humanidad en la cual era posible ir más allá de lo aparente y demostrar el porqué del funcionamiento del universo, el cuerpo humano o de la naturaleza. Adquirimos la capacidad para discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo verdadero y lo falso. El pensamiento científico comenzó a crecer y a buscar su propio espacio en la sociedad.

Muchos años han pasado, y hoy prácticamente no existe en el planeta algún país que ponga en tela de juicio la verdad científica. Todo pasa por el tamiz del conocimiento científico para aceptarlo como verdadero. Incluso tenemos casos de apreciaciones cientificistas de la vida; es decir, conceptos y teorías que consideran que solamente las explicaciones y bases científicas, son las respuesta a todo. Lentamente el conocimiento científico se ha sido separado de quien le dio origen: la mente humana. Los valores sociales han cambiado en mayor o menor medida, y la vida corre a velocidades jamás imaginadas. Muchas de ellos aparejados al desarrollo científico y tecnológico.

Al parecer, la humanidad si quiere ser calificada como moderna, se ve en la necesidad de tomar parte de esos adelantos científicos so pena de ser calificada como trasnochada y fuera de contexto. Así adquiere costumbres, formas de pensamiento y hábitos que distan mucho de ser considerados como humanos. Hoy por ejemplo, debido a la presencia de dichos adelantos tecnológicos, la sociedad puede enviar mensajes de correo electrónico o incluso de usar las salones de conversación (chats), para hablar con otros seres humanos; les resulta más atractivo usar un recurso electrónico que cerrar el espacio virtual y directamente conversar con sus amigos. No es que se desprecie la tecnología, no es que se rechace los nuevos dispositivos electrónicos, sino más bien, privilegiar siempre que sea posible, el contacto con otro ser humano. La calidez de una relación humana, sea amistosa o amorosa, siempre resulta más edificante cuando se establece ese vínculo entre dos personas o más. Su calidad no tiene comparación.

Los seres humanos en esa prisa por sobrevivir a los embates de la vida moderna, nos hemos robotizado. Los valores universalmente aceptados, ahora son cuestionados o incluso menospreciados. La historia y la cultura en general han pasado a tercero o cuarto término. La aspiración a futuro se vuelve pragmática y sólo verdadera cuando es eficiente y redituable. El derecho al ocio, la reflexión y la recreación, carecen de sentido en una sociedad moderna. El punto es que los seres humanos no estamos construidos de esa forma. Las personas estamos conformadas de al menos dos partes: ser y humano; es decir, en un plano somos perenes e infinitos, nada nos detiene, nada nos limita; en otro, somos finitos, trascendentes y limitados. Los seres humanos requerimos de espacios para re-crearnos, o sea, re-hacernos. De ahí la importancia de momentos que le permitan al ser humano, tomar descansos para fortalecerse y adquirir nuevos bríos para la agitada vida que le espera. Los seres humanos requerimos del ocio, para que la mente organice ideas, creencias y formas de ser, que debido al arrebato de la vida, no tenemos oportunidad para hacerlo. Si fuese realmente cierto que los seres humanos somos un caudal de procesos bioquímicos, descargas hormonales o acúmulos de información genética, bastaría con controlar cada una de esas partes para que las personas resolvieran mucho de lo que internamente les pasa.

Los seres humanos somos entes complejos, muy elaborados, con mucha dificultad para comprenderse. La vida de las grandes y pequeñas urbes, afecta directamente la calidad de vida de las personas; sin embargo también resulta complicado eximirse de sus efectos. La rutina se vuelve necesaria, los problemas diarios se vuelven parte del quehacer humano. El tiempo se convierte en un bien no renovable y se vuelve obligatorio ahorrarlo; pero finalmente ¿tiene sentido?

Así las cosas, los seres humanos no vemos envueltos en una dinámica en muchas ocasiones perversa donde como dijera Eric Fromm, palabras más palabras menos, “el hombre lleva una vida agitada para tratar de ahorrar la mayor cantidad de tiempo, para posteriormente hacer con él lo único que sabe: perderlo”

17 jun 2009

El país que merecemos

Se acercan las elecciones intermedias en el panorama social del país. Crecen las dudas. Crecen las especulaciones y crecen los desencantos. La oferta política a muy pocos deja satisfechos. Los ciudadanos nos enfrentamos a la complicada decisión de votar, no votar o anular el voto. Los partidos políticos ofrecen su mejor cara, incluso en contra del sentido común. En tiempos de campaña es siempre mucho lo que se ofrece. En tiempos del mandato es poco lo que se cumple. Independientemente de la responsabilidad de cada una de las organizaciones políticas, corresponde al ciudadano de a pie, valorar, ponderar las propuestas y hacer un esfuerzo, no siempre fácil, para diferenciar de una enorme cantidad de discursos, aquellos proyectos que la experiencia puede avalar verdaderamente su cumplimiento. Los mexicanos nos hemos acostumbrado a escuchar en esta época electoral, las más increíbles aseveraciones, ciertas o no, con el único objetivo de descalificar al contrincante. Poco importa ofrecer argumentos, razones; basta con mencionar verdades a medias, hechos poco fundamentados, para sustentar plataformas.

“El pueblo tiene los gobernantes que se merecen”, dice la voz popular. Durante un buen tiempo lo acepté como un argumento contundente. Los años pasaron y esa aseveración parecía fortalecerse. Hasta un momento donde las cosas no encajaban más y de ser una frase con tintes verdaderos, se convirtió en una de ropajes falsos ¿Es posible que los gobernantes que dirigen este país sean los auténticamente representantes del sentir de la sociedad? Las evidencias apuntaban a que esa frase no era tan cierta. Fue entonces cuando escuché una frase de Carlos Monsiváis que decía: “los pueblos tienen los gobiernos, que no pueden evitar”. Su sencillez y precisión me dejó nuevamente satisfecho y las cosas volvieron a su lugar. La definición orientaba muy bien mi sentir de aquellos días. Una vez más quedé conforme y mi vida siguió adelante.

Después de algún tiempo, la aseveración de Monsiváis que tanta tranquilidad me había dado, resulto insostenible; creía absurdo que como ciudadanos, no pudiéramos evitar la aparición de condiciones de gobierno, no aceptadas por todos. Si el sistema social nos ha repetido en multitud de ocasiones que somos nosotros los habitantes de este país quienes mandamos ¿cómo era posible que con el voto, no pudiésemos evitar un gobierno contrario a nuestros intereses? Nació entonces una afirmación que brotó con fuerza propia: “los pueblos tiene el gobiernos que se merecen… la mayoría”. A partir de entonces y después de analizar el entorno con la capacidad que limita mi persona, los hechos parecen confirmarlo. Cito algunos ejemplos para intentar demostrar mi tesis:

En algún reportaje en televisión noté que un reportero al preguntarle a un comerciante acerca del origen de la mercancía que estaba ofreciendo en un mercado de la ciudad de México, éste le respondió, ante la evidencia de que se trataba de artículos robados, que él (el comerciante) “no robaba”, que compraba “chueco”, pero no era un asaltante, ni ladrón…

En otra ocasión un grupo de comerciantes del primer cuadro de la ciudad de Morelia, en ese entonces ocupando plazas y andadores, ante la inminencia de la autoridad para reubicarlos y limpiar el aspecto del centro histórico, afirmaron que estaban dispuestos en cada uno de sus establecimientos situados al aire libre, incluso, a “pagar la luz que consumían…”

En otra reportaje también de un grupo de locatarios, se manifestaban en contra de la autoridad capitalina del D.F., porque aseguraban se estaban violando sus derechos como trabajadores del comercio ambulante. Entonces la cámara de TV hizo una toma en uno de los puestos del los quejosos donde había un enorme letrero que decía “respeto al estado de derecho”, pero dicho letrero estaba sobre una mesa llena de CDs piratas…

Ni se pretende ni es suficiente con estos ejemplos, estudiar con detalle el fenómeno social que ocurre en nuestro país. El asunto es mucho más complejo. Sólo quizá preguntar: ¿Qué clase de país queremos la mayoría de los mexicanos? ¿Queremos un país de leyes o un país donde la ley se aplique en todos lados menos donde no convenga? ¿Queremos una ley para unos y otra diferente para aquellos que pueden pagar por ella? La ley puede ser imperfecta, tener errores, limitaciones y tal vez sus alcances no sean los deseamos; sin embargo, es la ley que tenemos y se vuelve necesario cumplirla. Si no estamos de acuerdo porque pensemos que es una ley demasiado injusta o imprecisa, pues entonces ¡cambiémosla! Pero mientras eso ocurre, esa es la ley y tenemos la obligación de cumplirla. No podemos reclamar como ciudadanos, derechos que justamente nos pertenecen, y por otro esperar que se nos permita infringir la ley, aunque sea “un poquito”. Total como dice el refrán popular “¿qué tanto es tantito?”

10 jun 2009

Una joven nación, una joven democracia

A lo largo de la historia, se dice han existido gobiernos excepcionales en México y años después, han sido calificados como inmejorables. Dos de ellos se distinguen por sus características: el de Juárez y el de Cárdenas. El primero, el del Lic. Benito Pablo Juárez García, una de las mentes más privilegiadas que ha tenido el país, ha sido considerado como una de los más grandiosos. Su mandato fue uno de los más visionarios y sus ideas fueron más allá de las de sus contemporáneos; el país tuvo la suerte de que fuese presidente de la república, en los años de la invasión francesa. Quién sabe que hubiese pasado de lo contrario. Sin embargo la grandeza de su obra y su pensamiento no deja de ser causar controversia; Juárez deseaba modernizar al país, en el mejor de los sentidos y volteó su vista al único país que podría ayudarle: Los EEUU. Juárez veía a la sociedad norteamericana como el ideal a seguir, no como un proyecto de sumisión al todopoderoso, sino como el camino más viable para llevar al pueblo mexicano hacia la justicia y el bienestar económico que tanto anhelaba.
Aunque nunca confió del todo en los norteamericanos, llegó a firmar tratados donde arrendaba parte del territorio mexicano al gobierno de los EEUU, con el propósito de lograr el cambio que deseaba para el país (No estamos hablando del llamado tratado McLane-Ocampo). Juárez no deseaba continuar más con la clara división de castas entre criollos e indígenas e instó a estos últimos, a dejar atrás su pasado y sumarse al progreso y bienestar de la vida moderna. Juárez mismo reconoció públicamente su debilidad por el traje de levita, al que calificaba como su único pecado. Jamás volvió a usar el pantalón y camisa de manta, como el resto de los indígenas. Un libro altamente recomendado sobre estas etapas y otras de la vida del benemérito, es el de José Manuel Villalpando; una excelente visión equilibrada de un Juarez de “carne y hueso”, no como el mito en que lo han convertido.

El pensamiento de Juárez no estuvo libre del rechazo y la crítica de opositores y enemigos. Hasta la fecha sigue siendo un tema de discusión y seguramente tardará unos años más estudiándosele. Resulta extraño, por decir lo menos que hoy se tome a su figura como emblemática del movimiento de izquierda, si más bien representaría, ideales que van en otro contrario. Para citar las palabras textuales del libro Manuel Villalpando: “Juárez no era de izquierda…” No obstante la figura de Juárez sigue siendo trascendental para entender la vida política de México. Su legado está claro. No fue un hombre perfecto. Las evidencias están a la vista. Fue el hombre adecuado que por fortuna el destino puso al frente del país. Nada más, ni nada menos. No se trata de endiosarlo y convertirlo en mito, pero tampoco satanizarlo.

El caso del General Cárdenas también resulta curioso, pues en su momento tampoco tenía el reconocido como el que tiene hoy. Tuvo poderosos enemigos en su época y más de alguno lo tachó de socialista, a pesar de su visón más bien romántica y paternalista del país. Con un estilo sui-generis, Cárdenas hablaba de la llamada educación socialista. Nunca fue realmente fue así, pues meses después terminó por desdibujarse y concluyó con el ofrecimiento gubernamental de una versión más “suavizada” de la educación; pero el hecho es que se construyó una imagen del maestro mucho más elaborada. El profesor por ejemplo, era algo más que un simple medio de transmisión de conocimientos. Se trataba de una persona que era vista con respeto, con confianza y digno del más alto sentimiento de reconocimiento social. En el maestro, la sociedad veía al prócer, al héroe, a una persona preparada, culta, que merecía respeto. Era la época donde un marcado nacionalismo cubría todas las áreas de la sociedad y del gobierno. Se estaba construyendo una nación. Recuerdo una vieja anécdota de mi padre, cuando éste acostumbrada ir al cine: decía que una vez concluida la película y llegado el intermedio, las luces se encendían y en ese momento el profesor de la escuela convenientemente ataviado, se ponía de pie mirando hacia el público, en busca de cualquiera chiquillo que se atreviera a poner el desorden en la sala. Nadie cometía tal osadía, pues sabían de las consecuencias que tendrían al día siguiente en el salón de clase. Era la figura paternal y de autoridad del profesor de aquella época.

Así nuestra nación con altibajos, épocas gloriosos y por qué no decirlo, con grandes errores, sigue caminando y busca quien sabe si conscientemente o no, una mejor calidad de vida para sus ciudadanos. Los tropiezos parecen repetirse y la desesperación es evidente. El enorme mosaico cultural que compone el México de inicios del siglo XXI, es monstruosamente avasallador. La multitud de caracteres, intereses y complejidades es enorme. Se trata de un pueblo lleno de tradiciones, de esperanza, de frustraciones y de mucho dolor.

Alguna vez escuché decir que México como país, era uno muy joven; de hecho se le comparaba con un adolescente. Vivimos en un país adolescente y como todos ellos, están confundidos (como dijera una buena amiga). Es de esperarse entonces que nuestra incipiente democracia se encuentre en las condiciones de todos conocida. Como país la mayoría no sabemos todavía qué queremos. Como país aún estamos en una búsqueda y pareciera, como los adolescentes, que ni siquiera estamos seguros de lo que tenemos y deseamos. Nos envalentonamos, nos arriesgamos, nos arrepentimos, pero siempre estamos dispuestos a creer. Somos admiradores de héroes, de superhombres, de personajes que habrán de venir a salvarnos de las garras de los malhechores, de los caciques, de los malvados; sin saber que al igual que el adolescente, somos nosotros y sólo nosotros quienes debemos resolver nuestros problemas. Tomar en las manos de cada uno nosotros los compromisos que tengamos y arriesgarnos a crecer… a dejar de ser menores de edad y a asumir de esta manera como toda persona adulta, las consecuencias de nuestros actos.

3 jun 2009

¿Hacia un mundo de canallas?

Hace algunos días se celebró en México el día del maestro; costumbre arraigada en nuestro país desde 1917. Es una fecha importante que invita a la comunidad en general a recordar uno de los oficios más nobles del quehacer mundial: la educación. Mucho ha cambiando las características del profesor desde aquel lejano inicio del siglo XX. En aquel entonces se intentaba la construcción de un nuevo país. El sistema político mexicano estaba en plena revolución y aún vendría la fase más complicada con la reconstrucción política y social, fase histórica del México post-revolucionario nada sencilla para los ciudadanos del aquella época. El maestro hacía su mejor esfuerzo en condiciones económicas muy limitadas.

Hoy las cosas han cambiado. El maestro tiene otra cara. Un buen amigo y profesor, influido quizá por el pensamiento de otros tiempos, decía que el profesor debía ser aquel personaje de andar cansado y lerdo, que deambula por los caminos polvorientos, cargando de libros, con el solo propósito de llevar la educación a quien la necesita. Actualmente la dinámica social no permite una visión tan romántica del trabajo docente. Hoy se requiere un profesor decidido, preparado, comprometido, consciente de los nuevos retos a los que se enfrenta. No basta sólo una visión soñadora. Ésta puede ser el motor para impulsar su trabajo, pero no será suficiente debido a las condiciones tan inequitativas que el profesor tiene por delante. Una época con grandes avances en la electrónica, la comunicación y la informática; una época donde el profesor debe competir en con la televisión (que a veces parece “educar” mejor), con el nintendo, el teléfono celular, el ipod y toda una serie de dispositivos electrónicos que pueden desbancar el trabajo docente, si caemos en excesos.

Hoy vivimos una época donde la información está al alcance prácticamente de todos; el conocimiento puede obtenerse con sólo apretar un botón. Vivimos en un periodo donde se puede tener acceso a la biblioteca mundial: Internet. Como en ningún otro momento, la sociedad está bombardeada de información; sin embargo el trabajo del profesor en esencia, continúa siendo el mismo. El papel del docente ya no puede reducirse al de aquel viejo profesor descrito en la película de Simitrio: valeroso, idealista, estoico. Una concepción cuasi-apostólica del quehacer educativo.

Hoy el papel profesor es más bien el de un líder; el de una persona cuya opinión debiera ser obligado escuchar, que usa las nuevas tecnologías de la informática y comunicación, que se comunica a través internet y que forma redes de conocimiento con sus colegas. Por supuesto es válido el maestro luchar por sus derechos laborales; es válido que aspire a una vida digna; pero carece de sentido cuando so pretexto de una contienda laboral, afecte a quienes dice son la razón más importante de su trabajo: los alumnos. En el ámbito público, el Estado debiera garantizar las condiciones apropiadas para una educación de calidad. La responsabilidad es de uno y otro lado; profesores y gobierno. No se trata que uno suplante o abuse del otro. Se trata de una responsabilidad compartida. Con presupuestos tan onerosos en rubros tan discutibles como las campañas políticas, resultan muy comprensibles las condiciones tan deficientes en materia educativa. Si bien es cierto que el dinero no lo es todo, también es cierto que sin dinero se puede hacer muy poco. Se requieren prepuestos tan grandes o tan pequeños, como se piense deba ser el futuro de este país. Debemos continuar apostándole a la educación. Debemos seguir luchando para encontrar una fórmula que permita un equilibrio entre cada uno de las áreas que viven del presupuesto. No podemos dejar en manos del destino una labor tan delicada y que consume tantos años.

Con educación hay más probabilidades de crear una sociedad más justa. Sin educación hay más posibilidades de crear una sociedad dependiente, rijosa y desequilibrada. De nada sirve exigirle al maestro una preparación cívica y ética de sus estudiantes, para después por falta de presupuesto, planeación y compromiso, enviar a cientos de sus jóvenes, muchos de ellos muy talentosos, a engrosar las filas del desempleo. El profesor, especialmente el universitario, trata de convencer a sus estudiantes con argumentos, con esperanza, para que tengan vocación de servicio y lealtad a su país; les dice que siempre habrá un mañana para ellos; difícil, complejo sí, pero con grandes expectativas para quien esté dispuesto a afrontar los restos que les esperan. No obstante si los profesores, y el Estado en todas sus áreas de responsabilidad, no están dispuestos a ver más allá de sus proyectos personales o de grupo, el futuro de México no será nada promisorio.

Hoy se requieren proyectos transexenales, de largo plazo, incluyentes de las nuevas generaciones. Estamos a tiempo para reorganizar con el apoyo de todas las fuerzas políticas del país, el futuro de este país. Estamos a tiempo para escuchar a todas las voces ciudadanas y lograr mediante el consenso y la buena fe, el desarrollo de aquellos proyectos que más beneficien a la nación. No podemos esperar a que otros países son sigan rebasando y quedar sencillamente como espectadores del acontecer mundial. Tenemos que invertir en educación. Con los candados y compromisos que sean necesarios. De lo contrario seguiremos construyendo una sociedad utópica, extraña, enrarecida, en la cual, como dijera Arturo Pérez-Reverte el escritor español, “recibamos una educación de caballeros, para vivir en un mundo de canallas”.

17 may 2009

¿Qué nos ha dejado la influenza?

Después de la contingencia y a la luz de los hechos descarnados, la influenza parece habernos dejado algunas lecciones. Si bien es cierto que un microorganismo (si es), no puede reducirse a una serie de hechos confiables y predecibles, parece estar bajo un cierto control. A medida que pase el tiempo, este virus se adaptará a las nuevas condiciones y terminará por convertirse en uno más de los virus que nos atacan en una gripe normal.

Uno hecho que parece estar claro, por extraño e insólito que parezca, diría Juan José Arreola, es que debemos volver a los hábitos básicos de higiene, los cuales nunca debieron perderse y hoy gracias a la presencia de virus de la influenza, nos obliga a recordar y a reforzar: lavarse las manos, no estornudar sin protección, cubrirse la boca cuando se padezca un enfermedad respiratoria para evitar el contagio hacia quienes nos rodean, cuidar a los más pequeños y evitar enviarlos a la escuela cuando se encuentren enfermos, etc. En resumen: volver a los hábitos mínimos de higiene siempre sabidos, que no son nuevos, pero olvidados momentáneamente a causa de nuestra agitada vida moderna.

Independientemente de este tipo de detalles mínimos provocados por el virus, aparecieron otros iguales o más peligrosos. Uno de ellos es la desconfianza. Esa peculiar característica de los mexicanos, quizá justificada, pero que no aporta nada a la ya precaria situación económica del país. Como consecuencia de las pasadas elecciones federales del 2006, el pueblo mexicano se encuentra dividido en al menos dos grandes porciones: quienes apoyan al Calderón, y quienes no. En función de esta característica, los mexicanos hemos pasado de la incredulidad respecto de la existencia de la gripe, a consideraciones tales como que, las cosas fueron apresuradas y las medidas adoptadas “no eran para tanto”; y se dice, llevaron a la ya de por sí debilitada economía del país, a una condición tal que ha entrado en recesión; otros por el contrario (incluso apoyadas por voces del exterior) afirman que México actúo tardíamente y debió tomar medida al menos un mes antes de aquel fatídico 23 de abril. Unos y otros dan sus argumentos, pero ninguno parece darse cuenta que tomar medidas en medio de una contingencia, donde la falta de conocimiento y los antecedentes conocidos, generan situaciones verdaderamente complicadas. Las críticas a posteriori, si bien pudieran tener un cierto sustento, resultan inútiles. Un sistema de gobierno frente a un problema de contagio, hace muy difícil pensar tan lúcidamente como se quisiera. Se toman las medidas consideradas pertinentes, con la información con la que se tenga, probablemente insuficiente, pero única. Así pues resulta complicado dar gusto a todos. Se tiene que tomar una determinación, basada en la mayoría de atributos al alcance y se espera que funcione. No hay alternativa.

No obstante se vuelve indispensable revisar los sistemas de alerta epidemiológica. Fue notorio, aceptado incluso por Calderón, que dichos mecanismos no funcionaron adecuadamente. Éstos deben analizarse con miras a mejorarlos, modificarlos y actualizarlos. La mayoría de los científicos coinciden en que la epidemia actual, pudiera no ser la esperada. El virus de la influenza A H1N1, no es quien se pensaba que atacaría al planeta. Las evidencias recopiladas y la historia reciente, muestran más bien la posible llegada de un tipo muy similar al de la gripe aviar: la influenza AH5N1. Este virus atacó a la población mundial en 1918 (en la llamada gripe española), en 1957 y en 1968; fue transmitida y llevada a todo el planeta por aves. La experiencia parecen advertir presencia de un virus con dichas características, y no del tipo H1N1.

Así las cosas, los epidemiólogos de la OMS, los mexicanos incluidos, están atentos. El destino coloca una vez más a México en una situación privilegiada: haber sufrido una epidemia relativamente benigna, pero suficiente para evidenciar las condiciones riesgo a la exposición de un brote de dichas características y acumular experiencia. De nosotros depende aprovechar esta experiencia. De nosotros depende no entrar en confrontaciones estériles. De no mezclar aspectos políticos, que nos lleven a ahondar más todavía las diferencias de la población. De hacer más grandes los rencores provocados por las elecciones del 2006, donde a la mayoría no quedó satisfecha. Las campañas políticas ya están en marcha y siempre existe la posibilidad, que comiencen los insultos, las diatribas y la competencia entre los partidos por ver qué cuál de ellos es más corrupto.

Con la experiencia de México en la epidemia, hay bases para ser optimistas y considerar que estaremos mejor preparados para afrontar una pandemia. Como siempre el destino del país está en nuestras manos.

3 may 2009

Una primera reflexión sobre la influenza

Después de casi una semana de haberse dado la contingencia sobre la influenza, quizás valga la pena hacer una primera reflexión:

1. Independientemente de la postura política que cada ciudadano tenga y a la que tiene derecho, parece que en general el gobierno federal ha actuado correctamente; lo cual no significa que no haya cometido errores en el manejo de la información, en el uso de los recursos y el control de sus subalternos. Es evidente que no siempre se dieron las cosas como se dijo en principio, básicamente por dos razones fundamentales (pueden existir más): una, falta de supervisión de quien tiene la obligación, para que toda la fuerza del sector salud se aplicase cabalmente; y dos, las características de una contingencia de esta naturaleza, que rebasan a prácticamente cualquier institución por muy preparada que esté.

2. La población mexicana en general no está suficientemente preparada para enfrentar a un fenómeno como es una epidemia (nunca se está totalmente). Los microorganismos no obedecen decretos, ni protocolos, ni discriminan condiciones sociales o culturales. Los virus crecen como siempre han crecido durante toda la historia de la humanidad. Lamentablemente en este caso se han reunido al menos dos componentes importantes: la falta de una cultura general en la población y la ausencia de pericia en algunas prácticas del gobierno. La población se guía en ocasiones por supuestos, malentendidos y verdades a medias, no porque exista mala fe, sino porque la experiencia ha demostrado que no siempre el gobierno ha obrado con agudeza y la población en general se vuelve desconfiada. Por esta razón cuando las cifras no cuadran (porque no siempre es tan fácil armonizar un sistema burocratizado, ni el fenómeno mismo se presta), cuando los casos no son explicados convenientemente (Perote, por ejemplo), y cuando los ciudadanos se han acostumbrado a la falta de veracidad en el trabajo del gobierno, son comprensibles las suspicacias.

3. El virus de la influenza humana AH1N1 hasta donde existen evidencias, se ha comportado de forma relativamente benigna. El índice de personas fallecidas (siempre lamentable en cualquier número) es muy bajo: el 96% de los casos comprobados y afectados con el virus, se han recuperado o están en proceso de recuperación y sólo el 4% ha fallecido. A pesar de lo difícil que seguramente será para los familiares afectados, se trata de un índice muy bajo de mortalidad. No sabemos si continuará así, pero hasta el momento parece seguir ese camino.

4. Los días de asueto forzado seguramente rendirán frutos, puesto que están dentro de los límites mínimos del periodo de incubación de los 2 a 9 días, necesarios para el virus se desarrolle y se presenten síntomas característicos. Por esa razón dicho periodo resulta vital para evitar el contagio y romper así la cadena de transmisión. El sacrificio seguramente rendirá frutos.

5. A nadie le gusta perder tiempo y dinero, especialmente a aquellas personas y empresas que han visto afectado su vida productiva. Sin duda. Sin embargo resulta verdaderamente complicado en una situación como esta, evitar que alguien no salga perjudicado. Es importante colocar en su justa dimensión un escenario tan complejo como es el que estamos viviendo y valorarlo con sensatez y equilibrio. Las dificultades económicas serán precio que habrá de pagarse por evitar un mal mayor.

6. No exista seguridad alguna acerca de la ruta que seguirá el virus. Sólo hay una grupo de hechos y una experiencia acumulada en un espacio muy corto de tiempo. Se trata de un virus nuevo que sólo afecta y parece transmitirse entre seres humanos. Hay muchas posibilidades de que a finales de este año exista una vacuna que incluya el serotipo A de la influenza H1N1. La clave está en que el gobierno federal y las empresas correspondientes, se den a la tarea de hacer los trámites y acuerdos correspondientes, para que la población mexicana disponga de dicha vacuna. Está visto que sean los países desarrollados quienes seguramente tratarán de acaparar la mayor cantidad de dosis. La experiencia demuestra que no siempre se elaboran las cantidades necesarias para todos los habitantes del planeta, no porque sea imposible hacerlo, sino porque los intereses económicos, no siempre caminan a la par con los sociales de una población.

La peste

Estaba un viajero en las afueras de una ciudad, cuando se encuentra con la Peste Negra, y le pregunta:

-¿A dónde vas?
" A la ciudad" le contesta la Peste Negra-

¿A qué vas alli?
"Voy a matar a cien personas" contesta la peste negra caminando con dirección a la ciudad.

Al entrar la Peste Negra a la ciudad se mueren mil ciudadanos; cuando sale se encuentra nuevamente con el mismo viajero, quien le reprocha:

-Dijiste que ibas a matar solamente a cien, ¡y murieron mil!
A lo que contesta la Peste Negra:

"Yo solamente maté a cien; el miedo mató a los demás…"


ENVIADO POR CSLT

1 may 2009

Más sobre las cifras de la influenza

Hace algunos minutos las Secretaria de Salud dio a conocer las cifras sobre la epidemia de Influenza. Sin querer estrar en la polémica de los datos, pues siempre habrá diferencia en los criterios, me parece que hay aspectos que coinciden con el desarrollo esperado de la enfermedad. Se habla del alrededor de 2, 500 casos son transornos respiratorios, de los cuales no todos correspondieron a una transtorno provocado por la influenza. De todos ellos hasta hoy (1 de mayo), se reconocen como "sospechosos" 776; a su vez de estos casos, 358 han dado una prueba positiva a influenza y se han contabilizado 15 muertes, lamentablemente.

Sin querer minimizar, ni despeciar el valor y la dolencia de las personas y familiares involucrados, vale la pena hacer una pequeño cálculo para dimensionar mejor el problema: De las 358 casos con influenza (de 2500 aprox), han muerto 15; lo cual significa que del total de las personas infectadas con influenza, sólo el 5 % ha fallecido y el 95 % se ha recuperado. Este dato concuerda con los estudios previos que se han reportado sobre influenza. Es decir, se trata de una enfermedad de alta morbilidad (pacientes que pueden infectarse) pero de una baja mortalidad.

La influenza en una enfermedad que si se trata a tiempo, puede ser curable. El restablecimiento por supuesto que dependerá de varios factores en el paciente (estado general, padecimientos previos, edad, estado nutricio, inmunocompromiso, etc.), pero de ninguna manera significa que la enfermedad sea incurable.

Hay que conservar la calma y mantenerse alertas, nada más y nada menos.





30 abr 2009

Algunas imágenes sobre la influenza



Sobre las cifras de la influenza y algo más

Hay una confusión tremenda con el asunto de las cifras, porque se mezclan personas afectadas, con personas que se hay infectado con influenza y personas que han muerto debido al virus. No creo la verdad que la secretaria de salud tenga datos precisos. No todas las personas con un cuadro respiratorio están infectadas con influenza y no todas las personas con el virus, mueren. Si se trata a tiempo el virus puede controlarse.

Lamentablemente la contingencia de la influenza ha superado a todos, en especial al gobierno. Creo desde mi particular punto de vista, que están siguiendo los protocolos sugeridos por la OMS, y aunque fue a tiempo, se tardaron en darlo a conocer. Según entiendo el primer caso confirmado lo supo el gobierno el jueves o viernes (no recuerdo) a las 3 pm y lo dio a conocer hasta las ¡11 pm del viernes! ¿por qué? Sólo ellos saben.

Por supuesto que este asunto va afectar a la economía y los ingresos de los que menos tienen. Aquí será menos perjudicado el que esté mejor posicionado en la escala social y económica, evidentemente. Me parece en lo personal, excesivo el cierre de restaurantes en el DF:, pero Ebrard no quiere cargar con la culpa (yo tampoco lo haría) si el brote se saliera de control. El gobierno federal no sugirió que cerrar los restaurantes, fue el gobierno del DF quien dio la orden.

El brote de influenza está más allá de lo que pueda hacer cualquier político. Los virus no se mueven acorde con los designios de campaña o con los intereses del gobierno y los políticos. Me atrevo a decir que cualquiera que sea la decisión que tomen, la van a “regar”. Más bien se trataría digo yo, de equivocarse lo menos posible. Si en gobiernos tan ordenados como Canadá, se les safó DOS veces el control de SAR hace un par de años y provocaron una respuesta contraria en la población, qué esperamos del gobierno mexicano.

No los defiendo pero si algo da malos resultados, es mezclar la burocracia con las medidas científicas. Obedecen a derroteros diferentes. Sí creo que especular y tratar de buscar culpables a un fenómeno ya de sí bastante complejo, además de inútil, es perjudicial para TODOS.

No olvidemos tampoco que los EEUU tienen muchos más recursos técnicos para tener cifras precisas, pero tampoco hay que creerles mucho. Los gringos también tienen sus propios intereses en el asunto y no van a aceptar que la regaron.

Para mí lo más importante es cortar la cadena de transmisión del virus, que tiene una incubación de entre 2 a 9 días. Así que esta semana de asueto forzado, estoy seguro que rendirá frutos. Por supuesto, esto no significa que no pueda haber un segundo brote. Nada se puede asegurar cuando se trata de microorganismos. Todo puede ocurrir. Nada se tiene por seguro. Sólo tenemos medidas que nos han mostrado a lo largo de la historia, que son efectivas, pero cada virus trae sus propias características y aunque tenemos los comportamientos generales, no existe en el mundo alguien capaz de decir lo que puede pasar, mucho menos el gobierno (del color que sea)

Yo creo que el gobierno ha estado incluso demasiado cauteloso. O yo te pregunto ¿si tuvieras la información adecuada la daría a conocer a la población tal cual es? Yo no. Porque a veces decir la verdad resulta contraproducente cuando se trata de epidemias, desastres y demás. Yo si fuera gobierno, daría la información que necesitaran saber porque lamentablemente, nuestra población está poco preparada y tergiversan la información y entonces aparecen los supuestos y los fanatismos (recomiendo el libro y una película basada en una novela de García Márquez que se llama “Presagio” para que veas a qué me refiero)

Dejemos en manos de quien tiene las decisiones, que actúe como mejor considere. Nosotros con la información que tenemos por nuestra propia formación, hagamos también lo que mejor consideremos. El asunto de verdad es complejo.

Algunas ligas relacionada con la influenza

Del CDC en Atlanta, EEUU
http://www.cdc.gov/swineflu/espanol/

De grupo de expertos de la UNAM
http://influenza.unam.mx/

Preguntas frecuentes
http://influenza.unam.mx/?page_id=7

Sector Salud
http://www.prevencioninfluenza.gob.mx/

OMS
http://www.who.int/csr/don/2009_05_01/es/index.html

Respondiendo a algunas preguntas

1. Si realmente es tan contagioso, ¿cómo y donde están las familias de los muertos?
Están bajo vigilancia, incluso aunque se hayan curado (el caso cero en Veracruz por ejemplo)

2. Si la influenza porcina es una mutación del virus original de los cerdos, entonces el brote de la infección debería haber comenzado en el campo y no en la ciudades.
Falso. El virus de la influenza tipo A tiene varios subtipos (todos son virus de la influenza), todos ellos atacan a seres humanos, cerdos y aves; es decir, dichos virus están emparentados genéticamente, lo cual significa que potencialmente pueden “saltar” de los animales al hombre, cuando hay un contacto estrecho (hay granjeros que hasta duermen con sus animales).

Por lo tanto cuando el virus pasa de los cerdos (que actúan como una incubadora), a los seres humanos, éstos de desplazan, se mueven, viajan, se relacionan, etc., y entonces ocurre el contacto directo que provoca la infección. El llamado caso cero en México se originó en el campo. Los familiares y el afectado, sobrevivieron después del tratamiento.


3. ¿Por qué no han mostrado una entrevista con algún enfermo? (he visto que entrevistan a familiares, diciendo que su familiar está enfermo y que ya está estable gracias a los medicamentos, pero si el familiar ha estado en contacto directo con el virus que lo lógico ¿no es que esté enfermo o en cuarentena?)
Por las mismas razones, no es conveniente entrevistar a un paciente cuando está convaleciente y se han entrevistado a quienes lo han padecido (quizá no lo has visto). Vuelvo al caso del llamado cero que se platicó con los familiares y el pequeño apareció en TV, por ejemplo. Por supuesto que los afectados se ponen en cuarentena o en observación, pues dependerá de los síntomas.

También se supo del caso de la Dra. Wolk (no sé cómo se escribe), infectóloga que ha estado como vocera del sector salud y ha aparecido en TV (varias veces), cuya hija fue contagiada con el virus de la influenza y se recuperó.


4. ¿Por qué no han dicho el nombre del retroviral que esta "curando" a la gente enferma?
Falso. Se ha dicho, quizá no lo has escuchado. El nombre varía según la farmacéutica que lo produzca. Te menciono uno: oseltamivir


De una vez te aviso para que no se empiece a especular: el VIRUS REGRESARÁ en invierno, porque es parte de su ciclo de vida. El asunto es que para entonces estaremos mejor preparados y tal vez exista ya una vacuna. Creo que estaremos mejor preparados. Por lo pronto lo más importante es ROMPER LA CADENA DE TRANSMISIÓN. Hay que seguir las indicaciones sugeridas por el sector salud (anexo cartel)


Algunas verdades acerca de la influenza

Anexo algunos datos duros sobre la Influenza , que por supuesto está a su consideración, Valídenlo con su Médico o científico al que le tengan confianza:

1. A pesar de que el virus de la influenza ha atacado a una gran cantidad de personas, NO ES un virus letal, como el del ébola por ejemplo, Es de relativamente benigno SI SE TRATA A TIEMPO.

2. No hay vacuna que nos proteja, pero eso NO significa que la enfermedad sea incurable.

3. Hay medicamentos antivirales que pueden contrarrestar el efecto del virus, pero como TODAS las enfermedades virales, son auto-limitantes; es decir, desaparecen pos sí mismas. Los medicamentos sólo ayudan a que el organismo se deshaga de ellos, pero es el propio sistema de la persona quien destruye al virus.

4. La carne de cerdo NO transmite el virus; este organismo entra por las conjuntivas y por las gotas de saliva.

5. El cubrebocas es de una eficiencia relativamente baja; se puede usar, pero el vehículo de infección literalmente ESTÁ EN NUESTRAS MANOS, pues son éstas las que infectan al organismo al tocarnos la cara, lo ojos y la boca. HAY QUE LAVARSE LAS MANOS, al llegar a casa y después de haber manipulado dinero, herramientas, pasamanos, perillas, teclados públicos de computadora, etc.

6. El virus es muy sensible a los germicidas (jabón, sol. de cloro, alcohol, etc. )

7. No hay que confiarse, pero tampoco hay que caer en pánico.
Tengo algunos artículos de divulgación y técnicos que puede enviarte si te interesa revisar el tema. Escríbeme.

Sobre lo que dice acerca de la Influenza

Qué pena que haya tanta desinformación y ganas de aprovecharse de la situación y la ignorancia. El que busca encuentra y ve lo que quiere ver. Yo prefiero por mi formación, ajustarme a los hechos técnicos y científicos. Probablemente quien no está muy enterado (y no tiene porqué estarlo), sobre aspectos de índole microbiológico, todo podría parecerle que tiene sentido.

Los virus tiene ciclos y no resulta nada extraño los hechos que están ocurriendo. Parte de su ciclo de vida consiste en cambiar y mutar. Los seres humanos hemos vivido con los virus y seguiremos viendo con ellos, hoy y siempre. Lo importante es saber que se tratan de procesos naturales. Que no se trata de un virus mortal (como dice el documento que dice que Calderón dijo, Yo no lo entendí así… y no lo estoy defendiendo, ni quiero, ni me importa).

Cualquiera que sea el gobierno que esté al frente (pri, pan o prd), de antemano les puedo asegurar que se van a equivocar. El asunto es equivocarse lo menos posible. Los microorganismo no tienen palabra de honor y no obedecen a protocolos establecidos. Se trata de seres vivos que nadie en su sano juicio, tendría la posibilidad de predecir su cmportamiento. Sólo tenemos la experiencia de otros años y que tratamos de aprovechar.

Estamos viviendo algo que ya se sabía hace u par de años (quienes están por su trabajo enterados, claro; no es obligatorio). Basta recordar los efectos de la llamada “fiebre española” ocurrida en 1918 y que mató a 20 millones de personas en el mundo, cifra que aún así, era relativamente pequeña para el mundo. Hoy estamos mejor preparados, pero tampoco significa que esté todo resulto. No nos queda más que ir resolviendo los problemas conforme se presenten y a la luz de la información científica que se tenga. Anexo dos ligas:

http://virus.stanford.edu/uda/
http://www.cdc.gov/ncidod/eid/vol12no01/05-0979.htm


Se puede caer en la especulación, pues siempre habrá grupos dispuestos a aprovechar lo que sea para llevar votos a su partido o ganancias a sus intereses. Les anexo algunas de las explicaciones que me han llegado de la presencia de la influenza:

1. Que el gobierno panista diseminó este virus para “pararse el cuello ante la población” .

2. Que un tráiler manejado por choferes mexicanos transportó un camión con cajas y cajas del virus que contenían el virus y que cruzó la frontera hacia México.

3. Que es una venganza de Obama porque los mexicanos lo tratamos mal.

4. Que un truco de las empresas productoras de la vacuna y los antivirales, que ellas mismas propagaron para hacer un lucrativo negocio con las ventas de los medicamentos.

5. Que todo es una mentira y que se trata de un gran simulacro al que se prestó el gobierno mexicano.

6. Que los cubrebocas son azules porque es el color de PANismo y son propaganda electoral.
7. Que se trata de una "cortina de humo" para aprobar leyes, procedimientos y jugosos negocios al amparo de nuestra ignorancia (como si eso fuese necesario para lograrlo)


¿Cuál les gusta más?