1 feb 2010

Avatar: un comentario personal

“Anoche soñé ser una mariposa;
hoy me despierto y me pregunto,
si no seré acaso, una mariposa soñando ser hombre”
Confusio


La película de James Cameron Avatar (2010) representa no solamente un avance tecnológico en la manera de filmar y la proposición de formatos diferentes para el cine del futuro, sino además entrando en la especulación y la interpretación onírica, es una propuesta interesante para quienes gustan de la interpretación y del mundo surrealista. Independientemente de su intención comercial, que sin duda tiene, la calidad del trabajo es recomendable.

Ambientada en el futuro de un planeta y una civilización imaginaria, Cameron nos lleva a un mundo de fantasía, colorido y aventura, donde la riqueza creativa salta a la vista. Miles de colores, imágenes y diseño escenográfico se presentan con toda su espectacularidad. Es notorio el proceso creativo del autor. Es una película que aprovecha la posibilidad de filmar escenas en tercera dimensión y la tecnología que existe es bien aprovechada.

Desconozco en qué se haya basado Cameron para escribir una película como Avatar, pero hay curiosos simbolismos implícitos en su obra. Menciono algunos de ellos:

Salta a la vista una primera lección: la lucha de un pueblo indefenso ante el poderío de una supuesta población civilizada. No deja de recordarse la lucha de los pueblos mesoamericanos en contra de la civilización blanca, los “caras pálidas”. La guerra que durante muchos años, el gobierno y pueblo de los EEUU libró en contra de las tribus que habitan al oeste de la joven nación de finales del siglo XIX. Incluso el personaje de Jake, nos recuerda al espíritu del indio Jerónimo y el de Caballo Loco. Las vestimentas del pueblo Na’vi se asemejan mucho al de los indios que habitaron esa zona de América.

En el plano esotérico, resulta interesante los personajes que encarnan al ”padre” y a la “madre” del clan Na’vi: él, representa la polaridad masculina, el símbolo de autoridad, el guía, el líder; ella, la polaridad femenina, la representante del plano espiritual y la conexión con el Todo. Además todos los personajes son azules, color relacionado con el aspecto espiritual en algunas religiones y tradiciones herméticas; baste recordar el color de la deidad Krishna de la religión hindú que es precisamente de color azul.

Los na’vis poseen una trenza que forma su pelo y es mediante ella como ocurre el contacto con los animales, plantas y demás seres que habitan en su entorno. Este hecho recuerda la manera como algunas culturas aseguran, entraban en contacto con un ser divino, esencia central de todas las cosas. Así en la tradición hindú se habla de Sahasrara chakra, el centro nervofluídico, medio final a través del cual la energía interna, el kundalini, se mueve desde la base de la columna hasta la parte superior de la cabeza; es la glándula pineal que hasta la fecha, no se tiene clara su función y que está situada en la parte apical del cerebro humano. Era la pluma que simbólicamente se colocaban las tribus de Norteamérica detrás de la cabeza, como una especie de antena mediante la cual, cada guerrero entraba en contacto con un ser superior.


Los na’vis para completar su instrucción deben domesticar a una especie de ave, parecida a animal prehistórico, pero para lograrlo deben entrar en contacto con su alma o su esencia interna a través de la trenza y cuando esto ocurre, el navi y el animal se vuelven uno sólo. Una idea muy similar a la concepción de Quetzalcóatl de los Mexicas y los Mayas: el hombre mundano (la serpiente) debía convertirse en águila para transcender al plano espiritual. Una idea también parecida al simbolismo del dragón de las culturas celtas. De hecho ese ser alado que usan los na’vis es muy parecido a un dragón. Sin embargo existe un plano incluso más avanzado en la conexión espiritual que muy pocos miembros del clan llegan a alcanzar: tatuk, representando por un ser de colores amarillo y rojo más intensos.

Por otro lado, los Na’vi tienen una fuerte conexión con la naturaleza y muestran un profundo respeto por el orden natural de las cosas; incluso ofrecen lo que llaman una “muerte digna” cuando deciden alimentarse de alguno de los animales del bosque. Hay una escena donde Jake, dice una pequeña oración cuando da muerte a una especie de venado y agradece al animal que sea parte de su alimento y le envía con una oración, al mundo de Eywa, la madre naturaleza.

Eywa representa a la madre Tierra y a la energía que envuelve al planeta, una acepción muy parecida a Gaia, el nombre con el cual se designa al planeta y a quien de acuerdo con esta teoría, se le considera como un ser vivo. Ese profundo respeto que el clan muestra hacia el equilibrio y a la energía de su entorno, les hace ver ante los invasores, como “salvajes” e incapaces de aceptar “educación” y “caminos”, a cambio de su hábitat. Reciben el desprecio de sus conquistadores debido a que “viven en árboles” y usan “taparrabos”. Una idea muy similar a la de los conquistadores de otras épocas, ingleses y españoles.

Psicológicamente llama la atención como Jake, es un inválido y sólo cuando se convierte en el guerrero na’vi en el cuerpo del avatar, es capaz de superar sus limitaciones físicas. Algo muy similar al hecho mencionado en las tradiciones herméticas, donde un ser imperfecto y lleno de limitaciones, debe transmutar y liberarse de todas sus ataduras, para convertirse en un ser espiritual, pleno. Hay incluso un momento cuando Jake, dentro de la cámara, confundido se pregunta cuál de las dos vidas es la real, si aquella donde es un soldado o la otra donde es un na’vi.

Hay también un toque surrealista al tema: En la película se observa cómo un grupo de enormes rocas flotando en el cielo; como si fueran un cadena de globos de gas que se elevan y sólo son sujetados por una serie de lianas que a manera de grueso amarres, impiden que las rocas se pierdan en el firmamento. Los na’vis escalan sobre ellas para completar el entrenamiento de Jake. Igual ocurre con las grandes islas flotantes que desafían a la gravedad y se mantienen inmóviles en el espacio. Algunas de esas imágenes recuerdan las pinturas surrealistas de Dalí y de Remedios Varo.

En fin que sin querer hacer una apología de la película y sin perder de vista su intención comercial, Avatar tiene algunos elementos que pueden llevar a la reflexión y un análisis de conciencia. Hay muchos otros filmes, sin embargo, que debido a la carencia de presupuestos, no llegan a proyectarse en las grandes salas o no tienen la proyección de las grandes superproducciones norteamericanas.