“Vivir en una continua búsqueda de jardines. Los jardines que viven desde la tierra misma, que se adivinan las raíces, se perciben los tallos, se dibujan hojas, se acarician flores…
Es el encuentro con él (ella) es, en este sentido, un jardín, un jardín de esperanza, de expectativas poéticas; sus miradas te habitan, delinean tu sueño. Algunos te siembran con música, otros con pinceladas coloridas; unos te rodean con poesía, otros más con la generosidad de su corazón; a otros les basta con mirarte...
Cada uno con su semilla, su flor, con su tallo, con su espina, con su aroma, con su cielo, van componiendo tu jardín: lo riegan en el encuentro casual, lo anidan en el sueño…
Así, tu jardín va cambiando de nombre, de paisaje, de misterio; sus constelaciones leen a cada viento un futuro de ramilletes de incertidumbre. Las lluvias que atrae cantan a cada roce una canción de idioma distinto; la tierra acuna en su silencio el deseo de… lo innombrable."
Autora: Jadzia Goreng, 2007
Es el encuentro con él (ella) es, en este sentido, un jardín, un jardín de esperanza, de expectativas poéticas; sus miradas te habitan, delinean tu sueño. Algunos te siembran con música, otros con pinceladas coloridas; unos te rodean con poesía, otros más con la generosidad de su corazón; a otros les basta con mirarte...
Cada uno con su semilla, su flor, con su tallo, con su espina, con su aroma, con su cielo, van componiendo tu jardín: lo riegan en el encuentro casual, lo anidan en el sueño…
Así, tu jardín va cambiando de nombre, de paisaje, de misterio; sus constelaciones leen a cada viento un futuro de ramilletes de incertidumbre. Las lluvias que atrae cantan a cada roce una canción de idioma distinto; la tierra acuna en su silencio el deseo de… lo innombrable."
Autora: Jadzia Goreng, 2007
