Víctor Barrera
Versión 2.0 Diciembre 2024
La imagen de la
guadalupana es un hoy un símbolo cuyo origen da lugar a diversas
interpretaciones; algunas basadas en estudios históricos, otros en leyendas.
Una precisión importante antes que nada: En la cosmogonía prehispánica no existía el concepto de “Dios”; esa fue una interpretación que los españoles hicieron en razón de sus creencias y suponiendo que era similar con las culturas prehispánicas.
La palabra náhuatl Teotl, significa “esencia, principio, representación, movimiento”, eso que “siempre ha existido”. Por razones prácticas y de costumbre se usa la palabra “dioses, diosa, Dios”, pero es importante saber la diferencia con respecto a la cultura prehispánica
Existen diversas
versiones acerca del origen de la palabra Guadalupe. Una asegura
proviene del árabe, que se pronuncia Wad al luben, que significa “río
escondido” o; otra que se trata de una mezcla de árabe Wad-al y del latín, lupus,
lobos; es decir “río de lobos”. Esta versión proviene del hecho que en 1326 en
España, se encontró a las orillas del río Guadalupe, una imagen tallada en madera y que se venera desde principios del siglo XVI en su santuario cerca
de Cáceres en la región de Extremadura. Se le conocía como Santa María Guadalupe de Cáceres. Años más tarde en 1528, los
evangelizadores colocaron una virgen exactamente
igual a esa en el cerro del Tepeyac, pues según Miguel León Portilla, quisieron
aprovechar los cimientos ideológicos ya existentes y contrarrestar la
adoración a Tonatzin.
Existe una versión más que
dice que la palabra Guadalupe proviene del náhuatl Coatlaxopeuh:
de Coatl, serpiente; tla, la; xopeauh, aplastar; es decir, “La que aplastó la serpiente". Ésta
última mucho más apegada al simbolismo prehispánico, pues se refiere al
hecho mitológico donde la polaridad femenina, la virgen, es capaz de someter a
la materia, la tierra, y allanar el camino hacia la sublimación espiritual: La
transformación de la serpiente, rastrera, terrenal, al águila alada, celestial y trascendental (Quetzaltcoalt, "La serpiente preciosa")
La virgen del Tepeyac representa una mezcla de las tradiciones prehispánicas y
la religión española.
La palabra Tepeyac es de origen náhuatl y significa "en la nariz del cerro" o "en la prolongación del cerro". Se compone de los elementos "tepe-tl" (cerro), "yaca-tl" (nariz, punta) y el sufijo locativo "-c". Tepeyac era el nombre de un santuario y asentamiento ribereño del lago de México-Texcoco, ubicado en la Sierra de Guadalupe. Alrededor del solsticio de invierno, en ese lugar los mexicas veneraban a Tonantzin, la representación mexica de la tierra, el maíz y la fertilidad
Desde antes de la llegada de los
europeos, los antiguos mexicanos contaban con una serie de
representaciones de la
naturaleza; entre ellas estaba, Tlalli Tonantzin Coatlicue, “nuestra venerable madre tierra falda de serpientes”. Los antiguos mexicanos la llamaban así porque, las montañas que cubrían el territorio se asemejaban a una serpiente que subía y bajaba, conformando el paisaje montañoso característico de las sierras. De ahí que se pensara que era una mujer, una madre, cuya falda estaba hecha de serpientes, de montañas
En los pueblos
mesoamericanos existía una visión dual del universo; baste recordar el símbolo náhuatl de Ometeolt, el
inmanifestado, el señor de la dualidad (Ome,
dos; teotl, energía o esencia, 1+1), que se dividía en Ometecuhtli y Ometeciuatl, señor y señora de la dualidad, respectivamente. Así Tonatzin, la tierra, era la versión
femenina del universo, en contraposición del Sol, Tonatiuh, versión masculina
de universo. Tonatzin, también representaba a Cihuacóatl, la Mujer Serpiente, diosa de la tierra que regía el
parto y la muerte al dar a luz; y de Coatlicue, la de "la falda de serpientes",
madre de los dioses del panteón azteca, diosa de la tierra asociada a la
primavera. Años después como parte de la evangelización, se mezclaron dichas tradiciones, y a la
fecha a la virgen del Tepeyac en algunas tribus de México
le siguen llamando Tonatzin Guadalupe.
Era para los mexicas el
símbolo lunar (la tierra, la materia, la fertilidad); de ahí que al pie de la
figura esté una imagen de una Luna en su fase creciente y el
pelo largo, símbolo de virginidad. Al representar la visión opuesta, se muestra de espaldas
al Sol (el cielo, el espíritu), de quien
sólo se observan sus rayos resplandecientes. Además la imagen se presenta en su
estado de “virgen”,
o sea, embarazada; razón por la cual al manto se observa ligeramente ondulado
en su caída.
Independientemente de su
origen y la manera como llegó a nuestros días, la virgen de
Guadalupe representa para una gran mayoría de los
mexicanos, la madre universal. La fe y el respeto que se le profesa por
creyentes o no creyentes, es evidente. Incluso en su momento el Presidente
Benito Juárez, declaró el 12 de diciembre como fiesta nacional;
y ya no se diga del símbolo patriótico que hizo de la virgen guadalupana,
el cura Miguel Hidalgo, cuando tomó el famoso estandarte del pueblo de
Atotonilco (cerca de San Miguel de Allende).
La Guadalupana: Tlalli Tonantzin Coatlicue Guadalupe, Una muestra del sincretismo de un pasado, que ha acompañado desde siempre la historia del México de hoy.
Fig. 1. Representación tradicional de la Virgen de Guadalupe
Coatlicue, “La de la falda de serpientes”.
Museo Nacional de Antropología
Fig. 2 Representación de Tonatzin prehispánico
Fig. 3. Representación de la Virgen de Guadalupe del EZLN
REFERENCIAS
León Portilla, M.
(2000). Tonantzin Guadalupe. Fondo de
Cultura Económica. México
Gómez Carro, C. (2001).
Huitzilopochtli y Guadalupe: La simétrica
reinvención del mito. Revista Tiempo Laberinto. Universidad Autónoma
Metropolitana. México. Núm 30. Págs. 2-15.
Van Wobeser, G. (2013).
Mitos y realidades sobre el origen y
culto a la virgen de Guadalupe. Revista Grafía. UNAM. Vol 10 No 1.
Enero-Junio. Págs. 148-160.
ANEXO
Reyes, J.P. (2019) La Guadalupana.Excelsior. México. Diciembre 12, 2019