5 jul 2021

Arte y Ciencia



En la filosofía hermética se habla de siete principios. Uno de ellos se le conoce como el "Principio de polaridad". No soy quien y tampoco es éste el espacio para discutir el punto. Sólo retomo sus elementos esenciales: "Todo en el universo es dual", todo tiene su contraparte. O si se prefiere, "todo tiene su complemento". 

Según entiendo este principio, para una idea, aspecto, tema o tesis, hay otra complementaria. Así en términos sencillos se podría  decir que para el día hay una noche, para arquetipo femenino hay uno masculino, etc. 

Hay dos de muchas corrientes de pensamiento y acción que pueden citarse. En este caso me referiré a: La ciencia y el arte. Ambas aparentemente se contraponen, pero me atrevo a decir que más bien se complementan. Caminan por rutas paralelas. Quizá nunca se juntan; pero una intuye a la otra. 

La ciencia en básicamente una visión pragmática, precisa, sistemática, pero falible diría Mario Bunge. Es la mejor opción que los seres humanos han encontrado para avanzar en la lucha contra las enfermedades y hacer de  la vida, una de mejor calidad. Por otro lado el arte es impreciso, vago, lleno de incertidumbre; es decir, si bien es cierto tiene en un inicio el apoyo de ciertas técnicas o destrezas, el grueso de su expresión está basado en la creatividad de quién la ejecuta. No obedece a principios necesariamente sistematizados, sino que deja al autor brotar su imaginación. No hay límites. No hay restricciones. Todo es un mar de incertidumbre, en el sentido de que no puede, ni debe ajustarse a una norma. Por eso es arte.

Estos dos corrientes de aparentes propósitos contrarios, se buscan y se necesitan. Cuando un científico por gusto y convencimiento propio, además de su labor como investigador, profesionista o académico, busca darse una espacio para apreciar o practicar algunas de las bellas artes, su mente sufre una cambio tal que comienza a percibir aspectos más sutiles de su propia labor como científico, que antes no se percataba, porque su mente literalmente se abre. Igual ocurre con el artista que entra en contacto con la ciencia. Su mente comienza a percibir aspectos que le proporcionan material para su actividad. El caso de Salvador Dalí y sus cuadros dedicados al entonces descubrimiento del ADN a inicios de los años 50, prueban este hecho.

Hoy sabemos que el cerebro tienen dos hemisferios que se complementan e interactúan: El hemisferio derecho, abstracto, irracional, holístico, creativo; y el hemisferio izquierdo: Racional, lógico, pragmático, individualista, preciso. En mi opinión eso mismo ocurre con la ciencia y el arte. Como dos hermanos gemelos. En la medida que el científico se acerca al arte, se vuelve más creativo. En la medida que el artista se acerca a la ciencia, se vuelve más productivo. 

Esa entre otras, esa es la razón por la que en cualquier nivel del proceso educativo, ambas disciplinas, ciencia y arte, debieran integrase en el currículum educativo. Los niños y jóvenes tendrían un mejor desarrollo si combinan ambas. Una forma de estimular sus sentidos. Se sabe que el cerebro no descansa aunque la persona duerma; la serie de conexiones neurológicas  siguen formándose. Por eso que en un artista o en un científico, de pronto surge una idea, una solución, un proyecto. Algo que no se había pensado. 

Finalmente como dijera Fernando Pessoa:

"La literatura, como el arte en general, es la demostración de que la vida no basta "


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