Los saturnales eran una serie de festividades que se llevaban a cabo en honor a Saturno, dios romano, que conmemoraban la finalización de las siembras y trabajos realizados en el campo. Era una época de descanso y tiempo de celebración, en honor al dios protector de sembrados y garante de cosechas. También era un momento para que los esclavos fueran eximidos de sus obligaciones cotidianas. Se celebraba alrededor del 22 de diciembre, el solsticio de invierno, y eran inicialmente entre el 17 y 23 de diciembre. 7 días de ruidosas celebraciones en la colina del capitolio, en el área considerada sagrada de roma.
Esta fecha corresponde con nacimiento de nuevo Sol (Sol invictus) ya que ese día, el solsticio de invierno, corresponde astronómicamente con la noche más larga y el incremento de la duración del día, en contraste con el solsticio de verano, cuando ocurre exactamente lo contrario. por esa razón simbólicamente representa el inicio de una nueva fase para el sol, en una especie de diástole astronómica donde la expansión de la luz cae sobre el planeta: los días comienzan a tener mayor duración; en contraposición con el solsticio de verano, a partir de cual la luz comienza a disminuir, los días se hacen cada vez más cortos y la noche más larga. Esta alegoría se conceptualiza en el llamado Mito Solar.
El árbol de navidad representa igualmente el nacimiento del Sol y por lo tanto de la fertilidad. Tiene una fuerte influencia de la mitología nórdica, que pasa por Alemania y de ahí al resto de Europa. representa el árbol perenne: El árbol de la vida.
La celebración del solsticio de invierno está asociado íntimamente a la navidad, el nacimiento, de la figura y obra de Jesús (JHS) que representa a su vez la tradición del mito solar. Durante algún tiempo se le unió con la llegada del solsticio de invierno, hasta que se cambio al 25 de diciembre. Esta fecha fue escogida por Constantino I, El grande, para que coincidiera con el festival festival del Sol invictus. La intención de juntar el natalicio de Jesús y el del dios del Sol, era para facilitar la conversión de los paganos al cristianismo, religión que se haría oficial en ese siglo (IV d.C)
La festividad de la navidad en México estuvo asociado con la celebración de una de los representaciones fundamentales de la mitología náhuatl que los misioneros aprovecharon para la evangelización. Los mexicas celebraban el nacimiento de Huitzilopochtli ("colibrí izquierdo"), dios de la guerra y símbolo mitológico del Sol. La celebración de Huitzilopochtli se celebraba en el mes mexica conocido como de Panquetzaliztli ("levantamiento de banderas"); una festividad para homenajear su nacimiento el 21 de diciembre.
Por otro lado, las dos grandes festividades de la iglesia católica tienen su origen en dos grandes celebraciones astronómicas: una solar y otra lunar; la primera alrededor del 22 de diciembre, en función del movimiento del sol (solar); y la segunda, la semana santa, que se lleva a cabo de acuerdo con la posición de la Luna (lunar), pues se celebra la semana siguiente (domingo a sábado) que incluya la primera luna llena, después del equinoccio de primavera. Por esa razón dicha semana cambia de fecha, de acuerdo con el movimiento de la Luna.
La fuerza de estas fecha es tan grande que se encuentra en varias culturas y se celebra en diversas regiones del planeta, Independientemente de si tiene o no, una connotación religiosa. El final de un ciclo e inicio de otro marca un hito que no pasa desapercibido.
La importancia de la navidad en el mundo occidental es indiscutible. El origen es independiente de la fe religiosa de pueblo tenga. No se contrapone. La fe es un asunto personal. En cualquier sentido, se trata de una época de reflexión acerca de lo hecho durante año. Es una tradición de muchos años que sobrepasa cualquier intención intelectual y que, como otras tradiciones, merece respeto.