1. LO SUPERFICIAL. Haciendo a un lado los aspectos más
evidentes (una película de acción y de buenos efectos especiales), el tema
muestra la capacidad que tiene el ser humano para sobreponerse a los retos más difíciles que le
presenta la vida. A sacar fuerzas de la nada, cuando todo parece estar
perdido. A no confundirse con sus propios demonios y valorar lo que se tiene. A
evitar el miedo de sí mismo y darse cuenta de que se es capaz de llevar a cabo las
hazañas más increíbles, cuando todo parece que le abandona.
2. LO ESENCIAL La película pregunta al espectador: ¿Qué se pretende en la vida? ¿Cuál es el sentido de estar vivos
y saberse humanos? ¿La culminación de los retos profesionales proporciona la
felicidad? La protagonista a pesar de ser una astronauta exitosa y trabajar en
uno de los centros espaciales más prestigiados del mundo, no es una mujer
realizada, ni feliz. Su vida careció de sentido cuando perdió a su hija. Su
vida se volvió monótona. La música que escuchaba después del trabajo y de
regreso a su casa, no importaba. Se trataba sólo de no pensar y llenar el vacío.
Viajando ahora en la inmensidad
de la noche, en la oscuridad de las sombras, en la soledad de sus
pensamientos, el silencio del espacio le parecía maravilloso. Era una medicina
que disminuía sus dolores y sus recuerdos. No existía alguien con quien refutar
o confirmar ideas. Estaba sola. Sin más compañía que su alma, y su ser completo
y humano. Por eso disfrutaba cualquier sonido que viniese del hogar, del
terruño. Podría ser tan cotidiano como el ladrido de un perro o tan evocador como
el llanto de un recién nacido.
3. LO ESOTÉRICO (especulativo). La parte menos evidente y
más profunda es la posible interpretación de la película como una metáfora
del nacimiento y de la creación de la vida. Son evidentes algunas escenas que parecen
cuadros tomados del seno materno: la imagen de ella flotando en la cápsula en
posición fetal, una vez que se ha puesto a salvo; los astronautas flotando en
el espacio, sujetos por una cuerda que asemeja el cordón umbilical; cordón que
les permite mantenerse conectados a la nave, en una especie de matriz cósmica.
No deja de ser interesante que la
película se llame “Gravedad” aludiendo a la sujeción del planeta, que
también tiene relación con la palabra “gravidez”, de “grávido”, que “tiene
peso”: Embarazo. Nombre que toma debido al peso del feto en la madre. Como
todos los procesos de gestación, hay un momento en que se debe finalizar, y entonces
hay que morir para volver a nacer. Se trata de un proceso cíclico que pasa de
una etapa a otra. Una fase que termina pero al mismo tiempo inicia una nueva, y
así sucesivamente.
Así el nuevo ser debe ver la luz
y la cápsula espacial se convierte metafóricamente, en la matriz que servirá
para que el feto-astronauta, nazca y se llene de vida. La nave espacial
entonces retorna al planeta y en ese ciclo de muerte, vida y nacimiento, la
astronauta vuelve a nacer y es arrojada
por la fuerza a ese lago amniótico que podría representar el estanque donde cae
la nave.
Otro aspecto que el director nos
deja ver, es la manera como la astronauta aborda tres naves diferentes antes de
retornar al planeta. La primera su nave nodriza que representa de alguna manera
el pasado; la segunda una nave, rusa su presente y finalmente, una china que representa
su futuro. La primera carece de alguna cualidad religiosa o filosófica; la
segunda hay una imagen de San José sobre el
panel de control que representaría la visión cristiana; en la tercera hay una
estatuilla de Buda sobre el panel de control. Esta triple
representación podría sugerir las diferentes dimensiones en las cuales se mueve
el pensamiento religioso de los seres humanos: una sociedad postmoderna e
incrédula; una cristiana, formal y jerárquica; y una budista, informal, sin
jerarquías.
4. LO CIENTÍFICO. Esta parte evocadora del pensamiento
científico, no deja de ser menos interesante. La astronauta cae al lago
proveniente del espacio interestelar, de la misma manera como se supone
llegaron hace millones de años, los bloques constructores que dieron lugar a la
vida. Vida que se originó en los océanos y que después de varios miles de años
de evolución, caminó hacia zonas pantanosas y después hacia tierra firme. Esos anfibios dieron lugar a las primeras formas de vida animal y más tarde
a partir de ellas, nacerían los primeros homínidos en planeta.
La forma como la astronauta llega
a la orilla de lago y con dificultad intenta ponerse de pie, quizá recrea el esfuerzo
similar que tal vez los primeros homínidos hicieron para volverse bípedos. A
partir de ese momento y gracias a ese cambio evolutivo, el ser humano se volvió
dueño del planeta y como consecuencia, responsable de él. El ser humano se
convierte ahora en la conciencia y el hermano mayor de este mundo, a quien imaginariamente, la trama del filme invita a plantearle: ¿Cuál es el sentido de la vida y qué responsabilidad tenemos para
con nosotros mismos y para con los demás?
En palabras de Cuarón:
“Todos estamos a la deriva… y entonces somos víctimas de nuestra propia
inercia”